miércoles

La Destrucción - Baudelaire.


   “LA DESTRUCCION”.


El soneto alejandrino que vamos a analizar, se trata del primero de la antología poética “Las flores del mal” de B. Se recogen varias ideas en los dos primeros cuartetos y una esencial en los dos tercetos (sobre todo en el último de ellos). En la primera estrofa nos encontramos la idea recurrente del demonio que esta relacionado con la presencia inefable de la belleza femenina. El primer verso sugiere el encuentro con una prostituta a las que era tan afín B.; ese encuentro se produce en un ámbito de deseo que no engendra culpabilidad. Ese deseo esta presente en todos los aspectos de su vida, pero no hay ningún tipo de arrepentimiento, forma parte de su naturaleza intima, se asienta en sus órganos internos (el pulmón).
En la segunda estrofa se recoge la idea del arte como algo exquisito, asociado al amor que el naturaliza en una mujer seductora que le enseña su arte amatorio: la sodomía (nefandos placeres). El primer verso de la segunda estrofa comienza con un hipérbaton que hace referencia a esa voluptuosidad de la línea sensual femenina, sin embargo, asevera que no hay que dar escusas hipócritas para reprimir aquello que verdaderamente a uno no le agrada en el terreno sexual. Esta anticipando lo que el insigne medico austriaco en el siglo XX  iba a desarrollar: Sigmund Freud y el estudio  del psicoanálisis  y su teoría interesante sobre la represión de los instintos sexuales.
Si bien los dos cuartetos a nivel gráficos están separados por punto, lo que da una idea de los dos núcleos temáticos que se han tratado, lo dos tercetos van unidos conceptualmente y prosódicamente (a nivel grafico mediante una coma que sugiere una enumeración de rasgos que vamos a analizar:
El primer terceto empieza con un adverbio de modo que hace referencia explicita al sentimiento que embarga al poeta cuando la pérdida de fe en Dios le embarga. Aparece en esta estrofa dos conceptos que son esenciales de su poética: fatiga y hastío (son términos sinónimos o asociados al concepto de Spleen).
La conjunción copulativa “y” con que se abre el último terceto une esta idea anterior con el dolor, la confusión y el sufrimiento. En el ultimo verso, se recrea la destrucción adquiriendo un valor personificado se pinta como un personaje vestido con ropajes sangrientos que quiere socavar el rígido corsé de la mentalidad burguesa de mediados del siglo XIX en la bohemia parisina.

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