Características
generales de la literatura renovadora
Durante los
últimos años del siglo XIX y el primer cuarto del nuestro, se escriben una
serie de obras que hemos llamado <<literatura renovadora>>, porque
en ellas aparece un rechazo de todas las normas y preceptos que han regido la
actividad cultural desde los orígenes grecolatinas así como el repudio de los
sentidos como medio de captación, descripción, y explicación del mundo. Los
autores de esta época presentan una tendencia común a la innovación literaria,
interesándose por lo íntimo e individual frente a lo social o general del
Realismo, por influencia del Psicoanálisis freudiano, cuya teoría de los
impulsos elementales que orientan al hombre hacia el placer y su represión
social y moral que los sepulta en el inconsciente, tuvo una gran repercusión en
todas las manifestaciones culturales de nuestro siglo. En esta época continúa
el rechazo romántico a la sociedad burguesa por mediocre, y al sistema
capitalista por injusto. Este rechazo se materializa en la creación literaria
de dos modos distintos:
a) Asumiendo
la realidad y expresando la angustia sentida como consecuencia de la
concienciación existencial.
b) Escapando
de la realidad por medio de la fe en el más allá, refugiándose en la pura
estética como hacen los escritores decadentistas. El esteticismo es utilizado
como forma de repudio al mas gusto burgués.
La renovación
de la obras y autores consiste en la reacción contra la moral utilitaria y
antiheroica de la burguesía, la ciencia positiva, el racionalismo filosófico,
el racionalismo filosófico, el Realismo y Naturalismo, y la valoración de la
sinceridad y el libre albedrío, el irracionalismo y el rechazo de reglas.
Las
innovaciones más importantes en los distintos géneros literarios son las
siguientes:
- En la
épica, la novela deja de ser el reflejo fiel de la realidad para convertirse en
un medio de expresión subjetiva de la realidad interna o de un mundo recreado
por el autor. El relato pierde la linealidad cronológica y aparece la
superposición temporal. El autor pierde la omnisciencia. Queda suprimido de su
obra. Al no quedar todo contado en las novelas renovadoras, el lector se ve
obligado a buscar e interpretar el sentido de lo que hacen, dicen y sienten los
personajes que, no son retratados por el autor, como ocurre en las novelas de
Kafka. Los novelistas rompen con el punto de vista único, creando una visión
múltiple de sucesos, consiguiendo una novela de varias dimensiones, como es el
caso de Faulkner.
- En la
lírica se evita la retórica y el lenguaje ampuloso y se intensifica la
concentración del contenido al que se le da más sentido, el poeta tiene que
contar la sensibilidad y la imaginación del lector para superar la dificultad
de comprensión de sus creaciones. La lírica se convierte en un género literario
para una mínoria de intelectuales muy cultivados.
- En el drama
se acaba con la idea de la obra teatral como reflejo de las costumbres de la
época, y se convierte en un medio de exponer los problemas psíquicos y
sociales, que afectan al hombre contemporáneo. Se trata en buena medida de un
teatro didáctico que pretende enseñar al espectador la realidad circundante e
implicarlo para que investigue y descubra la razón que hay detrás de lo que se
le representa en el escenario. Se intenta involucrar al público como actor. Los
personajes se mueven entre el público, se dirigen a él, e incluso intentan
entablar diálogos improvisados con algunos espectadores.
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