“Mujeres condenadas” es el tercer poema de la
antología de B. de “Las flores del mal”.
El titulo un eufemismo de la vertiente homosexual femenina, es decir, de
aquellas de botas de Safo que elegía libremente su sexualidad con su propio
genero. El poema esta agrupado al nivel prosódico en cinco conjuntos de
estrofas:
a)
Estrofa
uno: en ella se nos presenta la sexualidad femenina
compartida como algo agradable. El polisíndeton del verso 3 junto a la
enumeración asindética del verso cuarto recrea el ambiente placido de una serie
de mujeres que están manteniendo relaciones sexuales, mientras el sonido
rumoroso de la playa acaricia con su rumor esta escena idílica sáfica.
b)
Estrofa
segunda y tercera: en el segundo núcleo temático se
establece una dualidad o contraste entre las mujeres buenas descritas en la
estrofa segunda. Esas mujeres buenas son tales cuando son niñas (tímidas
infancias) y marcan en el tronco de los arboles los rasgos pueriles de los
destinatarios de su amor; frente a ello se nos presenta en la estrofa tercera
la mujer perversa, aquella que nos tienta, que cuando desarrolle su cuerpo tientan
incluso a los castos varones, (en el poema se alude a San Antonio).
c)
Estrofa
cuarta: en esta estrofa nos encontramos un
momento recurrente de su poesía: la exaltación de los lupanares o el mundo
prostibulario. La propia biografía de B. esta salpicada de sus cuatro grandes
amores todas ellas prostitutas. El Dios Baco, esta cogido en su acepción de ser
depravado instigador de orgias desenfrenadas. Sin embargo, la culpabilidad no
lo encontramos en este verso puesto que estos amores adormecen los viejos remordimientos.
Si partimos de la idea que el mal en B, no es pecado nos encontramos que esta
descripción no engendra ni vergüenza ni culpabilidad alguna.
d)
Estrofa
quinta: frente a ese amor inocente lésbico, hay
otro que recrea el placer sadomasoquista de aquellas mujeres que aunque en su
attrezzo lleven simbología cristiana (escapularios) en el fono esconden un
látigo con el que dar salida a su supuesta desviación sexual.
e)
Estrofa
sexta y séptima: en las dos ultimas estrofas se alude
mediante paralelismo sintáctico oh vírgenes, “¡oh demonios, oh monstruos, oh
mártires!”. Quiasmo que alude a la mujer buena frente a la mujer mala. A esa
mujer llena de furor pero también de tristeza, a aquella mujer que es digna de
compasión como también de ser amada. Pero también a aquella mujer que puede
amar pero no puede ser correspondida en su totalidad.
Todo el poema es una loa al amor lésbico en primer
lugar, pero también al mundo de la prostitución del que él era un sumo
conocedor (la bohemia de Paris).
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