miércoles

Amor medieval.

Concepción del AMOR medieval.

A partir del siglo XII, el amor fue conceptuado como algo tan profundamente sensual a la vez que trascendente; tan intenso hasta la paradoja del gozo en el sufrimiento. Por amor se vive, se enloquece o se muere; cifra los movimientos del ser.
  Este al amor se conoce, conjuga valores morales y sociales que son ajenos a lo villano. Nada hay, de un trato burdo en la forma como interactúan hombre y mujeres; tampoco se pretende el solo placer. Que lejos se encuentra de otros desarrollos coetáneos igualmente fuera de lo normal oficial, los goliardescos o los que aparecen en la literatura ovidiana. En estos dos movimientos priva un hedonismo naturalista que expone, un profundo individualismo.
  Los goliardos son clérigos errantes que componen un latín; se trata de jóvenes estudiantes que viven de la mendicidad. Diversos concilios y sínodos de los siglos XII XIII los condenan no sólo por su disipada forma de vida, sino también por la literatura atentaría que crean. Sus obras son sátiras mordaces contra los que consideran los males del mundo. No respetan jerarquía alguna ni valores sociales ni símbolos religiosos o enseñanzas eclesiásticas. Su posición es la de la anarquía que, ante la corrupción del mundo, opta por el de nuestro así como por la libre satisfacción personal. En palabras de Antonio Villena:
  El goliardo esta fuera de la iglesia oficial, a la que critica duramente; fuera de la familia establecida en gremios, y fuera, por su puesto, de la rígidas esferas militares ,nobiliarias o caballerescas. Forma parte de una nueva clase, marginal, inestable, disponible, aventurera, y que critica desde una postura, a la vez vital e intelectual, los basamentos sólidos de las obras. El ejemplo irreverente de las enseñanzas religiosas. Se hacen devotos, pero de Venus, a quien adoran en el templo: el burdel. Es más, realizan parodias de misas o de oraciones en la que no invocan a Jesús ni a la Virgen, sino a los dioses paganos, se burlan de la castidad, emplean citas bíblicas en contextos eróticos,  etc.
Los goliardos, que confluyen en la taberna, cantan al vino y al juego; también, y muy especialmente, el amor. Pero éste poco tiene de sublime; es fundamentalmente público y sexual. Se le ve como una experiencia deleitosa, regocijada  y lúdica a la que obliga la propia naturaleza de los seres humanos.
Los clérigos son mejores amantes que aquellos que se dedican a la guerra. Uno de los más grandes herederos del sentir goliardo es, el Arcipreste de Hita: Los pasajes más característicos de su Libro de buen amor son la sátira del poder del  dinero, ene l episodio de la disputa con Don Amor. La Trova caçurra, que es el segundo episodio amoroso, la Cántiga de los clérigos de Talavera en la que se expresa una profunda rebelión contra autoridad, la negativa a la doctrina del celibato y el deseo de gozar de una vida sexual similar a la de cualquier hombre, Parodia de la horas canónicas en el que el comportamiento de un clérigo-amante se adecua al compás de los salmos e himnos que se cantaban o recitaban en los siete oficios de las Horas . En el siglo XIII los goliardos desaparecen.
  La literatura erótica goliardesca , de carácter vitalista y meramente sexual, acusa cierta influencia de la Ars amatoria y los Amores de Ovidio; sin embargo; carece de lo que es esencial en las creaciones del autor latino: la normativa. Otras obras que, a partir de mediados del siglo XI hasta fines de la Edad Media, se inscriben con claridad bajo la preceptiva ovidiana. Se parte de que toda mujer es asequible sexualmente, pero hay que tener un método para salir triunfador. Lo que las obras muestran, por tanto, son los requisitos para que un hombre posea físicamente a determinada mujer, sin que exista una concepción romántica o trascendente del amor.  o trascendente del amor.  Es que se vale emplear todos los recursos, por más inmorales que parezcan , a la mujer deseada hay que prometerle mucho y dejarle poco, ocultarle las infidelidades, provocarle celos, fingir que se es rico, aparentar una irresistible pasión,  etc,  también el interesado debe contratar a una alcahueta y , de ser necesario, hacerse amigo del marido de la amada. De las obras más destacadas cabe mencionar Facetas, Pamphilus y el Libro de buen amor. A las mujeres se las clasifica según su estado civil, y se sugiere alejarse de las casadas, las monjas y las prostitutas.
  Se recomienda conquistar a las doncellas y a las viudas. Se prescribe la conciencia de la tercería, que la medianera es imprescindible en la literatura ovidiana medieval. Salta a la vista la predilección por una alcahueta vieja, hecho que implica su experiencia en tales menesteres. En el Facetus se instruye discursivamente tentó al galán como ala alcahueta. El propósito de ambos es alcanzar una cita íntima del hombre con la mujer deseada; una vez concedida, este debe acariciar y besar a la amada, incluso con el empleo de un poco de fuerza, para que ella ceda y otorgue lo él pretende.
  El protagonista, Pamphilus, emplea una vieja alcahueta para alcanzar la cita íntima con Galathea. Lograda ésta, viola a la mujer deseada para obligarla al matrimonio. La utilización de las recomendaciones ovidianas estuvo en función de la obtención por vía de la trampa y el abuso de una esposa rica.
  En el libro el buen Amor se leen conductas y concepciones ovidianas por todas partes. En lo que respecta a las recomendaciones de Don Amor, nada se dice del tipo de mujer ideal para la conquista, se mencionan otros atributos, como que sea en la cama muy loca, en la casa muy cuerda. En cuanto la cortejo, aparecen ideas similares a las ya vistas; hacerse amigo de las amistades de la mujer, alardear del propio valor, ser discreto, prometer mucho, y como siempre emplear una alcahueta experimentada a quien no hay que seducir.
  Esta exposición teórica se repite, en los consejos de doña Venus. Con el amante debe fingir miedo y melancolía, hallarse enfermo de amor. La puesta en práctica de los consejos vertidos por Amor y Venus se verifica inmediatamente en el episodio  de don Melón y dona Endrina, no significa bobo o soso, pero también tejón, animal rapaz que roba las frutas. Y Endrina es precisamente una fruta, pero que pierde fácilmente el vello, pero si su dignidad y libertad; y que es, por su falta de malicia, es violada por el protagonista en casa de su alcahueta.
  El amor goliardesco y ovidiano implica la consecución del gozo sexual con base en los propios deseos, sin que exista la sublimación del sentimiento o la profundidad emocional que caracterizan al sistema de pensamiento amoroso de mayor éxito en la literatura de la baja Edad Media; el amor cortés. Este surge en la Provenza de fines del siglo XI y la lírica trovadoresca. Fueron adquiriendo determinados rasgos según la religión, el género, los usos vigente, etc, además debe tenerse en cuenta que cada obra expresa un sentir particular y un modo específico de conceptuar el amor. El amor cortés es una gran suma, y no se explica como un modelo cerrado con elementos fijos.
  La mujer se concibe como un ser superior a quien ele enamorado sirve para ser correspondido. Es la domna en función de quien giran el pensamiento y las hazañas del caballero. Para él la amada es un ser a tal grado perfecto, que la adora en una suerte de religión de amor: habla de su naturaleza angelical, de reflejar la suma belleza. Otro aspecto religioso también se traslada a contextos eróticos. Sin embargo, a diferencia de los goliardos no cabe pensar que las irreverencias religiosas sean intencionales, para Diego de San Pedro, se es mejor cristiano por amor. Se trata de la aplicación al amor y a la mujer de un material sumamente conocido. Si la dueña que mueve el sentimiento masculino es excelsa y el concepto del amor goza de mucho prestigio, entonces amarla y servirla conllevan bajo influjo neoplatónico, el ennoblecimiento y la superación del enamorado. Se valida el amor a una mujer, para disgusto de los moralistas que se afanan en demostrar lo contrario. Y no etsan muy equivocados en lo que se refiere al deseo sexual, pues generalmente la pretensión del goce erótico con la mujer se halla en la base de este amor, sin que por ello deje de ser sublime. El hombre pretende que su amor sea recompensado, y la amada es libre de hacerlo o no. El galardón implica, la entrega física de la mujer; pero ella puede otorgar otras gracias, a la vez que probar el sentimiento de su enamorado. Entre los dones que se otorgan, lo más simples desde el punto erótico tienen que ver con permitir caricias y besos: otros, más sofisticados, conllevan la contención masculina como demostración de verdadero amor. Referencia a la competición de la dama despojada de atuendos, que es una ceremonia íntima en la que la mujer permite que el galán, oculto en algún sitio, la vea desnudarse como pago a su fidelidad y para que éste sea feliz. El asag, que implica que el hombre pasa toda la noche vestido en la misma cama que su amada, es una prueba de amor. Quizás el ejemplo más evidente de la sensualidad del amor cortés se halla en las definiciones de amor purus amor mixtus.
  El amor puro es el que une los corazones de dos amantes con toda la fuerza de la pasión; consiste en la contemplación del espíritu y de los sentimientos del corazón; incluye el beso en la boca, el abrazo y el contacto físico con la amante desnudo, como exclusión del placer último, pues  ésta prohibido a los que quieren amar puramente.
  Se llama amor mixto al que incluye todos los placeres de la carne y llega al último acto de Venus, este también es un amor verdadero y digno de elogio; incluso se dice que es causa de todo tipo de bienes aunque por él amenacen muy graves peligros.
  No resulta tan fácil el pretendido acercamiento físico del enamorado con su amada, de lo que derivan varias paradojas anímicas, o ella lo rechaza o el encuentro se dificulta porque hay una familia por medio. Y esto tiene que ver con que el amor, en muchas de las construcciones teóricas y artísticas medievales, es ajeno al matrimonio. El hecho, aunado al carácter sensual de este amor, lleva consigo la obligatoriedad masculina de reservarse el nombre de su amada.
  No siempre se disocia el amor del matrimonio. Cliges, Yvain o algunas composiciones de Jorge Manrique cuyo rasgo fundamental es el amor cortés, el adulterio, lo que tampoco es del todo cierto porque, la amada es aún soltera. Que el amor generalmente no tenga que ver con el matrimonio se explica por el hecho de que, en la elección del conyugue, privan los intereses económicos familiares; no hay, una elección individual libre y voluntaria que es lo que precisamente defienden los expositores del amor cortés, el matrimonio conlleva una carga de obligatoriedad y los amantes se dan todo gratuitamente el uno al otro y sin que una razón lo obligue. Y estos amantes son fieles hasta la muerte.
  Se trata de un amor monógamo, pero no siempre eterno. Sin embargo, las obras que mayor influjo tuvieron son aquellas que muestran un amor contra cielo y marea, que incluso llega a transcender la muerte, leyenda de Tristán e Iseo.
  El elemento más ovidiano de este amor, es un arte, pero con un fin sublime: el amo. En cuanto arte, hay que cumplir con una serie de pasos para solicitarlo y para otorgarlos, según sea el caso. Una vez que la pasión innata surge ene le hombre por la percepción de lo hermoso, que es idea que se nutre del pensamiento neoplatónico, el enamorado debe cumplir varias etapas de su acercamiento a al amada. Es un rito de tratamiento mutuo que no se trasgrede, para no ser tachado de inmoral tanto en un lado como del otro.
  El amor puede enfermar a quien lo sufre si la persona amada no lo corresponde o no le corresponde físicamente o se aleja o lo abandona. Esta conceptuación tiene apoyo médico y el recibe el nombre de héroes. La enfermedad, que deriva fundamentalmente del deseo sexual insatisfecho, es de tipo mental y presenta, además de una profunda melancolía, otros trastornos físicos.
Es tal la gravedad que produce el mal que los héroes no son curados: caen en agonía o se mueren. Hay varios métodos para la cura que van desde distraer al enfermo hasta provocarle la repulsión por ella. Si estos remedios no surten efecto se intenta reducir la inflamación del cerebro y la corrupción de la imaginativa del paciente mediante la satisfacción del deseo sexual al menos con otra mujer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario