miércoles

La Beatriz - Baudelaire.


    “LA BEATRIZ”.


El poema “La Beatriz” de B. es uno de sus poemas más conocidos, al igual que en Dante es su musa inspiradora aunque no con las mismas connotaciones del poeta florentino. En el siglo XX Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares también retrataran dentro de la narrativa hispanoamericana este mismo mito literario. Borges le dedico varias conferencias y los esplendidos “Nueve ensayos dantescos”.
En la “Vita nuova” de Dante conocemos los datos esenciales de Beatriz: como la conoce en plena infancia, como ese rostro se aleja con el tiempo y muere al fin a corta edad, como enmascaro su personalidad entre otras sesenta damas florentinas. El Dante extraviado en la selva oscura se entera por Virgilio que Beatriz lo ha comisionado para una suerte de ascesis que incluirá los tres reinos de ultratumba. Ascendidas las cornisas de la montaña del purgatorio, Dante se encuentra en una “floresta divina” parecida al pinar de Chiasso que no es otra cosa que el PARAISO TERRENAL. Una misteriosa joven de la cual no nos enteramos del nombre hasta unos cantos después “Matelda”, inicia una serie de acontecimientos ostentosos. Como una suerte de sacerdotisa y precursora de la visión final, ella es la encargada de sumergir a Dante en las aguas del leteo, que aquí han tomado el cariz cristiano de purificadoras de pecado. El cielo es transparente, no se ve sol ni luna, una brisa muy suave corre procedente de las esferas de pronto una profesión simbólica irrumpe: ancianos, mujeres que representas las virtudes teologales y cardinales, un grifo que es emblema de Cristo, un carro que es la Santa Iglesia, personajes que representan a los apóstoles, los evangelistas, los libros de La Biblia, ángeles. El escenario se ha llenado de monstruos y apariciones porque la verdadera protagonista es otra: Beatriz. Beatriz ha adquirido algo más que la voz que proporciona el recuerdo, recrimina duramente a Dante por haberla olvidado por no haber tenido en cuenta su guía en la disipada vida que el poeta ha llevado y que se expone ahora en publico en una situación realmente humillante. Mas que de amada adquirirá la entonación de guía y madre. Una visión apocalíptica llena ahora la escena: se muestra la Iglesia transformada en una prostituta y el aire se vicia de demoniaco. Cuando la visión se evapora y se explica Dante deberá sumergirse otra vez ahora en las aguas del rio Eunoe que lo capacitaran para ascender los nueve cielos concéntricos hasta llegar a Dios. La ascensión se produce y en el canto 30 del paraíso, el rostro amado se pierde de nuevo esta vez para siempre en una sonrisa lánguida dirigida al poeta para fundirse después en la visión de Dios. Patéticos versos, fima poética de la desgarradura que hasta en el empíreo es posible.
El romanticismo se apoderara de la figura de Beatriz. Los pintores de la escuela prerrafaelista inglesa, en especial Rosetti harán lo que Botticelli en el Renacimiento: mostrarla en imágenes pictóricas de inefable belleza.
B. también se apropia de Beatriz, un poema integro es dedicado a esa recreación. La sonrisa de Beatriz reaparece.
 El texto comienza con la ambientación: un paisaje desolado externo o intimo, lomismo da, el poeta protesta a la naturaleza el cerebro se afila en el corazón cuando una legion de demonios viene volando como las turbas que se describen en el infierno dantesco. Los demonios  han venido a burlarse del poema: de sus pretensiones, de su arte escaso, de sus soliloquios, de sus inútiles cantos pero para el poeta si el infierno ha venido a visitarlo la contracara debe ser posible. Siquiera la mirada, la sonrisa de Beatriz, la enviada del cielo. Pero no es salvación admisible, La Beatriz de B. no se parece en nada a las imágenes de Botticelli y de Rosetti.
Su Beatriz se ha rebajado a los demonios y al estupro, la caricia inmoral de su alma remplaza al roce beatifico; la risa demoniaca a la sonrisa evanescente de la otra. En realidad, las dos son crueles en el fondo.
Borges hará su propia versión ficcional de Beatriz, se acercara mas a B. que Dante. Dante es caricaturizado en un antidante escondido bajo el anagrama del personaje de Borges Carlos Argentino Dinieri. Borges visita este personaje porque en esa casa ha vivido Beatriz, Beatriz Viterbo, prima de Daniel conocida en la infancia, casada y divorciada luego que lo ha desdeñado siempre incluso a esa agonía y esa anoche sin sentimentalismo ni miedo ocurrida en abril. El cuento hay también una llamada telefónica de Daniel aterrorizado porque la casa va a ser demolida y entonces el aleph desaparecerá y con ello la visión de esta Beatriz. La originalidad de Borges es que Beatriz es pintada en un triple plano: por un lado muestra el destrozamiento de la amada, por otro se habla del absurdo e incestuoso amor y por ultimo se solaza en esa carroña sentimental.
Lo triste de las tres Beatriz es que todas ellas son visión oníricas de los escritores citados y ninguna de ellas ha amado al escritor implicado.

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